martes, 4 de enero de 2011

Desde creer saber y no saber nada (por Sonia Figueras)

Por Sonia Figueras

A GAMBETEANDO PALABRAS
Una página donde escriben los que saben, los mejores.

Hasta hoy no pude sustraerme a la locura que me acometió en este Mundial Sudáfrica 2010.
Junto a mi papá aprendí a ver futbol, primero con la radio pegada a la oreja allá por la época de la saeta, de la máquina de la banda roja, ese club en que estaba federada en voley o en atletismo con marcas que nada tienen que ver con las de hoy, en tiempos en que asimilé-una pelota adelantada, afuera, penal o no, full o no, mano…hasta que me hice bostera desde el fondo de mi alma.
Ya desde el primer encuentro con Nigeria, la noche anterior, las sábanas, mortajas heladas no cumplían su papel de mortajas.
La entrada habitual, las camisetas, el himno que invariablemente me estruja el pecho, los brazos abrazados y la cara del niño hombre genio que logró que los 11 chicos de la cancha y los 11 del banco, con su magia, lo entonaran con el corazón como el mío, para buscar la gloria. Porque ellos iban por la gloria, por la camiseta.
Había que ver las presencias sobre el verde pasto,
Susto ante las cualidades de esos negros maravillosos, esa ligereza africana.
Y esa noche consumí los restos de tranquilidad que suelo concebir para percibir las jugadas peligrosas..
Con Grecia asomó el aliento y la esperanza. Con México, con sufrimiento me agrandé con el 3 a 1, aunque con reservas. Soporté en la cama, boca abajo, con los ojos tapados con un pañuelo, sin los lentes, total, yo podía escuchar al relator y ver con mis ojos sin mirar, dónde, en qué lugar estaba cada jugador. Mucho, ¿no?
Ahora, a las 00:00 horas del 2 de julio, espero el encuentro con Alemania y tengo miedo. No se si soportaré la rutina del comienzo y menos el partido.
Dejo la lapicera y el papel “blanco como un papel” e intentaré dormir. No sé si quiero que el día de mañana sea mañana o en un año, cien o mil. Mañana será el principio del fin y la hermosa pesadilla del interrogante. ¿Aguantaré la carita del mago, sea cual fuere el resultado?
¡Vamos, Diego querido, vamos chicos. Vamos Argentina!


3 de julio. ¿Qué hora era?
Y fue una horrible pesadilla con hombres que lucharon hasta el fin. Con un Diego que emergido del fondo de los fondos, pudo con su mística, abrazar, besar a sus chicos como ningún técnico. No hubo, no hay, no habrá otro que ante la salida de un cuarto de una final mundial, respete a sus jugadores, los premie con su afecto y los incite al nuevo intento con o sin él.
¿No es verdad que digo que Diego tiene magia en los pies y mística en el alma?
Y me quedo con algo que escuché y jamás se me había ocurrido, “el futbol es un deporte en que con los mismos miembros con los que se movilizan los jugadores, tienen que hacer la jugada”. En eso, el Diego, el mago, el místico, es un experto.
Gracias Diego, gracias muchachos, ya dejé de llorar.

Le agradecemos a Sonia por la dedicatoria, tal vez demasiado para nosotros.
¡Como nos hubiera gustado a los Gambeteadores que Diego siguiera al frente de la Selección! por lo menos a mí me suena muy insulsa la Argentida del "Checho" Batista...

1 comentario:

Sonia Cautiva dijo...

Es eso que se nos metió en el alma, mientras el chico "de la villa", con sus tobillos deshechos y los botines apenitas anudados, ponía el pecho y las piernas para una camiseta que para él es gloriosa, nuestra celeste y blanca.
Eso es "el Diego", más allá de otro comentario inútil.
Gracias por aceptarme.
Un abrazo
Sonia