Ansiedad
El ansia del triunfo
anidaba en el ángulo de la red,
a espaldas del arquero,
una gran araña torva...
(El juego se agolpaba contra uno de los arcos, como en un peloteo a la pared. El arquero tenía ya empastelados los ojos, y aunque volvía las espaldas en las contorsiones bruscas, quedaba siempre mirando de frente como un búho idiota.
Solo, abandonado en su arco, el arquero adversario se paseaba de un lado para otro, se detenía, parecía ladrar al tumulto lejano, como un perro atado a su garita.)
Córner
Los jugadores se reunieron a dar la bienvenida.
Como de un lejano horizonte
se levanta la pelota del córner,
abriendo su vuelo de serpentina...
Se encoge la guardia de los jugadores
y ajusta el paredón del gol.
Entonces,
entre las frentes endurecidas,
una frente,
aristada de voluntad
en un salto más alto que ninguno,
quiebra como un florete
el acero flexible de la parábola del córner...
Réferi
El réferi husmeaba todo, estaba empeñado en revertirlo todo hacia sí, en sorprender las delanteras sin darse mucho afán, con una judiciaria propensión a descubrir la falta, a aplicar sus sanciones de pito solemne.
(Va, vuelve; tiene una carrera entorpecida de una contracarrera, con estacatos de cardíaco, o de palmípedo doméstico, que pretende seguir el volatín aéreo de los pájaros, y larga tres pasos torpes de tony botinudo.)
Al arco
(El arquero sabe de la alegría de transmutar
en juego el ceño homicida del adversario.)
Bernardo Canal Feijóo (Santiago del Estero, 1897 - Buenos Aires, 1982). Figura central de la cultura argentina del siglo XX. Como poeta publicó los libros Penúltimo poema del fútbol (1924), Dibujos en el suelo (1927), La rueda de la siesta (1930), Sol alto (1932) y La rama ciega (1942). Fue, además, autor de una extensa y brillante producción teatral y ensayística, que incluye títulos como Ñan (1932), Pasión y muerte de Silverio Leguizamón (1937), Confines de Occidente (1954) o Tungasuka (1968).
Estos poemas fueron extraídos de Penúltimo poema del fútbol (reeditado en 2007), un libro que marcó vanguardia no sólo por su temática, sino por su forma. Además, incluye unas geniales ilustraciones de su autor. Es un honor que podamos publicar un fragmento para que disfruten nuestros lectores.
1 comentario:
Les comparto mi poema, . . .
EL FUTBOL: JUEGO CELESTIAL DEL HOMBRE
Domingo la cita,
lugar un estadio,
fila de taquilla
pesado calvario.
Estando en la grada
no te importa nada,
que suenen cornetas,
matracas, trompetas.
Disfrutamos juntos
¡el juego del hombre!,
lucen los conjuntos
vistoso uniforme.
Once contra once,
el fut es romance,
la de gajos rueda
en cancha de seda.
El sudor la riega
en sana refriega,
al balón botines,
puntapiés afines.
La defensa luce,
la media se crece,
un buen delantero
encara al portero.
¡La malla se mece!,
¡la gente enloquece!,
¡la magia del fútbol!,
¡se ha metido un goool!
Anotarlo es clave,
bendita esa llave,
el tanto es pedido
en cada partido.
No basta jugarlo
pues hay que ganarlo,
triunfar con honor,
no hay nada mejor.
Dura es la batalla,
la pasión estalla,
mas hay un principio:
¡que se juegue limpio!
El árbitro pita . . .
principio, el final,
marcará cerquita
imparcial penal.
Las porras se cimbran
a cada momento,
aplauden, corean,
acción y talento.
¡Un gran cabezazo!,
¡un tiro al larguero!,
¡bonito chanflazo!,
¡lance del arquero!
¡Deporte el más bello!,
¡que ganas, que entrega!,
el fútbol se juega . . .
también en el cielo.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
México, Distrito Federal, a 15 de marzo del 2006.
Si Dios quiere, este bello poema rodará, rodará y rodará
por el mundo, . . . como si fuera un balón de fútbol.
Dedicado a Don Angel Fernández Rugama (QEPD)
Reg. Indautor No. 03-2006-050413132300-01
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