Por Diego Díaz Bonilla
Pelota de colores, tentación de poseerte.
Ilusión en la vigilia de las fiestas,
mujer sensual, pelota.
Las hay de cuero, o nuevas, de plástico livianas.
Viboreando esquiva, pelota,
a éste enorme anhelo de tenerte.
Abrazarte al soñar con el partido,
en jugadas que parí...y en mil fallidas.
Yo te amo desde siempre pelota.
Desvergonzada hembra tierna.
Muero por vos eternamente…pelota.
Sos hermosa y no importa
que ahora enamores a mis hijos.
Que seas adversa
y esquiva por momentos.
Me hacés desesperar de pasión, en secreto,
con perfume de barro...
con misterio de barrio.
De diario, media,
de cuero, de goma.
Te percibo de cristal y seductora.
Jugar con vos preserva, la magia de la infancia.
La pelota de tardes de rabona.
Las huidas de pelota de la siesta.
Por eso, pelota, te pido, cercano a la partida,
Que el espejo me devuelva aquella imagen.
Tirar un caño, un sombrero,
acariciarte suave los noventa, de disputa sin pausa.
Y en el último silbato que arrebate la vida,
darte las gracias, compañera, pelota,
por tantas alegrías.
Diego, por él mismo: El año pasado, animado por una alumna del "Zaiper", Sandra D´ovidio, comencé con el taller literario a distancia. Distancia digo, algo corta, ya que tengo mi oficina a escasos metros del Centro Cultural Borges. Pero... por eso escribo. Para vencer mi afición por el anonimato. Hace un tiempo, Zaiper cometió el yerro de subir a Cruzagramas un texto mío que se llama "Del Pecho a la Palabra". Vinculado con esa aparición, que recibió elogios debido a la inmensa generosidad de algunos, creé mi propio blog cuyo nombre es www.desdenfrente.blogspot.com
Tímidamente estoy subiendo allí algunos textos. Eso es todo. Espero poder aportar nuevos temas a Gambeteando Palabras, del que soy fiel lector.
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